Lección 8: El que madruga Dios lo arruga.
Muchas veces cuando mi despertador suena a las 5 de la mañana, hago caso omiso a su sonido, pero a los 15 minutos vuelve a sonar ese molesto pitido desorbitante, la tercera vez hago caso hasta que alguien, ya sea alguno de mis hermanos me grita para que apague el desgraciado despertador.
Con el dolor de mi alma y el sueño tan pesado que tengo un milagro sucede cada día por las mañanas: me logro levantar. A duras penas arrastro mi cuerpo en frio hacia la cocina donde religiosamente preparo mi café de grano colombiano, un poco de leche y una cucharada de azucar. Primer sorbo, ahhhh, segundo sorbo, que caliente, tercer sorbo, buenos días!
El ritual de todos los dias: ducha con agua tibia, razuradora, desodorante, vestimenta, botas, desayuno express, celular, llaves y entonces si rumbo a la carretera internacional, y es curioso por que en la ciudad las calles estan trazadas literalmente al noroeste, sureste, y sus intersecciones al noreste y suroeste, asi que cuando en esta ciudad situada en un valle plano vas conduciento por las mañanas de poniente a oriente y por las tardes viceversa, el sol te pega directamente en la cara, de una manera casi cegadora, que es casi imposible manejar, obvio, arrugas toda la cara como viejito.
He ahí donde he sacado esta estúpida pero muy cierta conclusión, el que madruga Dios lo arruga, y aquel que trasnocha, el diablo lo conserva, pero lo delatan las ojeras. Yo prefiero tener ojeras!
*Este post ha sido patrocinado por Ray Ban.
Con el dolor de mi alma y el sueño tan pesado que tengo un milagro sucede cada día por las mañanas: me logro levantar. A duras penas arrastro mi cuerpo en frio hacia la cocina donde religiosamente preparo mi café de grano colombiano, un poco de leche y una cucharada de azucar. Primer sorbo, ahhhh, segundo sorbo, que caliente, tercer sorbo, buenos días!
El ritual de todos los dias: ducha con agua tibia, razuradora, desodorante, vestimenta, botas, desayuno express, celular, llaves y entonces si rumbo a la carretera internacional, y es curioso por que en la ciudad las calles estan trazadas literalmente al noroeste, sureste, y sus intersecciones al noreste y suroeste, asi que cuando en esta ciudad situada en un valle plano vas conduciento por las mañanas de poniente a oriente y por las tardes viceversa, el sol te pega directamente en la cara, de una manera casi cegadora, que es casi imposible manejar, obvio, arrugas toda la cara como viejito.
He ahí donde he sacado esta estúpida pero muy cierta conclusión, el que madruga Dios lo arruga, y aquel que trasnocha, el diablo lo conserva, pero lo delatan las ojeras. Yo prefiero tener ojeras!
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posted by jorge | 4:03 p.m.
1 Comments:
Pues muy buena conclusión, yo por eso me levanto como a las 9, para llegar a la oficina como a las 10, y el sol no me da en la cara, así que estoy libre de arrugas.
Además el café me da agruras, habías notado que arrugas y agruras se parecen?
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